Qué bonita sensación ver de refilón un Boletus a dos o tres metros de la carretera cuando ni siquiera te lo esperas. Y eso justo nos pasó en una comarcal de Burgos camino a Logroño. Nos emocionamos tanto que dejamos el coche donde pudimos. Son esos caminos en los que con suerte te cruzas con alguien y hasta te saludas yendo en coche: las buenas costumbres de los lugares despoblados. Llevábamos meses esperando el día de toparnos con un Boletus de los que no te caben en las manos y en el momento menos pensado, en un rincón de montaña, cayó la sorpresa. Primero uno, luego otro y luego otro! Y así hasta diez preciosidades.
Se trataban de Boletus Pinícola (B. pinophilus) y como buenos recolectores dejamos los ejempares maduros para que esporaran y puedan seguir creciendo en abundancia. Y de paso sembrar una buena excusa para volver por esa zona que tanto nos gusta y que nunca deja de sorprendernos. Es el encanto que tiene esto de recolectar; hay veces que buscas, no encuentras, y te tienes que conformar con el paseo, y otras que sin esperarlo…Traca!.
La verdad es que el lugar donde paramos era tan bonito y se respiraba tanta paz que nos pasamos varias horas curioseando en el bosque perdiendo completamente la noción del tiempo. Y buscando y buscando, además de los Boletus, dimos con dos tipos de Amanitas (A. rubescens y A. Vaginata) y algún que otro yesquero en pinos caídos (Fomitopsis pinicola) que a nosotros nos encantan por ese rojo intenso en medio de tanto verde, y que siempre que lo vemos nos paramos a mirarlo y a requetemirarlo.
Lo bueno de los yesqueros y de algunos hongos que se reproducen en los árboles enfermos, como por ejemplo los Trametes Vesicolor, es que no dependes tanto de si llueve o deja de llover como pasa con las setas comestibles, lo que hace que los períodos de recolección sean bastante más amplios. Aparte, como muchas de las setas tintóreas no tienen valor gastronómico ¡o son venenosas! la competencia con los recolectores gastronómicos es prácticamente nula.
Y con todo este festín nos continuamos nuestro viaje más contentos que unas catañuelas. Ya en otro post compartiremos los resultados de este arsenal de Boletus que ya están en la cazuela. Así a primera vista el Dyebath tiene una pinta increíble, aunque ya sabemos de antemano que esta variedad no tiene mucho poder tintóreo y que no sadrán muchas madejas.
Os dejamos con esta estampa campera -trofeo en mano- que tanta ilusión nos hizo porque fué el primer boletus del año. En la categoría de Tintes con Setas iremos compartiendo todas nuestras experiencias y experimentos tiñiendo lana -y otras fibras naturales- con setas y los resultados de Knittear con estos colores silvestres que tanto nos gustan. Esperamos también que compartáis vuestras experiencias tintóreas con con nosotr@s, porque es la mejor manera de aprender de los aciertos de los demás. Además, aquí en España no hay prácticamente cultura de teñir con setas y por eso queremos animar a l@s tintorer@s a descubrir este apasionante mundillo que a nosotros nos tiene cautivados.
El bosque tintóreo! – Tintes Naturales – Mundo Lanar