Shibori con Índigo

Cuando una técnica textil tan versátil como el Shibori se fusiona con un tinte natural con un poder tintóreo y una capacidad de fijación tan buenos como tiene el Índigo, el resultado no podría ser mejor. Si por sí solos son dos universos por (re)descubrir, cuando juntas estos dos grandes de los tintes naturales, la cosa no tiene fin; que es lo mismo que decir que las posibilidades creativas -sin salirte del universo del azul- son literalmente infinitas. Empecemos por decir que el Shibori es una técnica textil que se basa en la creación de efectos de forma y color empleando la técnica del bloqueo que ahora veremos, y que el índigo es un tinte que se obtiene de una planta leguminosa y que da unos azules preciosos que aún hoy día nos siguen cautivando.

 

 

Un tinte con historia

El índigo es un colorante natural ¡estable donde los haya! que (al igual que la Hierba Pastel y a diferencia de la inmensa mayoría de los Tintes Naturales) se obtiene por fermentación, ya que no es soluble en agua. Pero la dificultad de su extracción no ha impedido que se haya convertido en el tinte con más historia, presente en culturas milenarias como la hindú, la egipcia o la maya. Pero no todo es azul en el mundo del índigo, ya que existe la posibilidad de ampliar la gama de colores introduciendo la técnica de «Sobre Teñido» que básicamente consiste en aplicar un color sobre otro. Un ejemplo sería teñir primero de amarillo con cáscara de cebolla y luego de azul con índigo para obtener verdes. Pero eso es un capítulo aparte!

 

 

 

El arte de bloquear

Podríamos decir que el Shibori es el «arte de bloquear para crear diseños textiles (in)esperados, únicos e irrepetibles «.  Y si bien es cierto que hay toda una tradición de cómo hay que hacer las cosas en este antiquísimo arte sobre la que es importante partir por aquello de «beber de la fuente», la gracia también está en innovar, introduciendo las técnicas y materiales que se te ocurran, un poco a criterio de tu intuición. Factores como elección del método de plegado y el tipo de pliegues resultantes; el grado de compresión que ejerzas; el tipo de hilo a emplear, incluso hasta cambios en el tamaño del mismo; el empleo de superficies lisas o rugosas, planas o curvas; regulares e irregulares; entre otras muchas variables, hacen que esta técnica textil sea unas de las más entretenidas!

 

 

 

Shiboridiversidad

Suele decirse que el Shibori es de origen Japonés pero lo cierto es que son muchas las culturas que han dominado esta técnica a lo largo y ancho del planeta. De hecho, las diferentes maneras de «bloquear» así como las  fibras naturales empleadas (lana, algodón, seda, alpaca…) varían mucho de unas culturas a otras. De ahí que cada pueblo se haya especializado en los materiales que tenía más a su alcance y haya desarrollado estilos decorativos acordes con sus propios condicionamientos ambientales y socioculturales. Esto ha derivado en muy diversas tradiciones en este bonito arte, haciendo de esta técnica una de las más ricas y complejas.

 

 

 

 

 

 

 

Un puntito imprevisible!

Siempre se ha dicho que el encanto del Shibori reside en ese puntito imprevisible que lo caracteriza porque aunque cuides todos los detalles técnicos con el mayor de los rigores, el factor sorpresa siempre está presente. Y lo está para bien y para mal, pues lo mismo puedes encontrarte con un desastre total o con una maravilla que difícilmente podrás llegar a repetir. Digamos que es un diálogo entre método y creatividad, planificación  e improvisación y determinación e indeterminación, en el que nunca sabes cómo va a acabar el debate.

 

 

 
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