La cochinilla canaria

La cochinilla canaria es uno de los tintes naturales a los que tenemos más cariño. Y por eso nos encanta teñir con ella y la empleamos en muchos de nuestros Talleres de Tintes Naturales. Aparte de que da unos colores maravillosos, es de las pocas materias tintóreas que se sigue produciendo a escala local. La que nosotros empleamos ***ya disponible en nuestra tienda*** proviene de las Islas Canarias, aunque también se produce en otras partes del planeta ¡no siempre en las condiciones sociales y ecológicas más deseables! Por eso, salvo a la hora de hablar de sus orígenes, ya que no es autóctona del archipiélago, nos centraremos en la «cochinilla canaria» pues allí sabemos que se produce de forma sustentable y favoreciendo al Desarrollo Local. Nuestras próximas vacaciones serán para ir a conocerlo en persona!

 

 

¿Qué es la cochinilla?

La cochinilla o (Dactylopius coccus) es un insecto de grandes propiedades tintóreas que parasita y se alimenta de la pencas del cacto o tunera (Opuntia Cochenillifera). Además de emplearse para teñir fibras naturales, es la fuente natural del carmín, se utiliza en repostería para dar color a postres y confituras, y como colorante en bebidas alcohólicas. Y aunque es un tinte muy actual, sus propiedades eran conocidas por mayas y aztecas, quienes lo empleaban como impuesto, moneda de trueque, cosmético y tinte natural. En lengua indígena náhuatl los aztecas la llamaban “nocheztli”, que significa «SANGRE DE TUNA» por el intenso color rojo de su colorante, gracias a su alto contenido en ÁCIDO CARMÍNICO. También conocían las propiedades mordientes del alumbre y de la madera de tezhuat para fijar el color. Los vivos colores de las prendas que hoy día se conservan de estas culturas son la mejor prueba de ello!

 

 

El «cultivo» de la cochinilla

Por suerte y apesar del empuje de la industria de los tintes químicos y el BAJÓN que dieron los tintes naturales desde que se logró sintetizarlos químicamente -TENDENCIA QUE ESTAMOS TRATANDO DE REVERTIR- todavía se sigue «cultivando» de forma sustentable, aunque a muy pequeña escala comparado con los tiempos en que era un verdadero pilar para la economía de las islas. La pena es que desde mediados del SXX (y muy especialmente desde los años 80) se ha venido produciendo un abandono progresivo de las fincas de tuneras destinadas a la producción de cochinilla y con ello la pérdida de muchos de los saberes que se iban transmitiendo de generación en generación. La incansable labor divulgativa de personas como nuestro amigo Juan Cazorla y de la Asociación Milana A QUIÉN VA DEDICADO ESTE POST nos abren caminos muy esperanzadores!. Aquí os dejamos unas fotos del fotógrafo inglés John Hicks sobre el proceso de extracción del colorante, que fueron cedidas a la Asociación Milana de la que ya os hablaremos.

 

 

 

 

 

 

Colores de la cochinilla

No podemos decir que la cochinilla de un color en concreto ya que cualquier materia tintórea no da un único color sino una variedad de ellos en función del método de teñido empleado, del tipo de fibras teñidas (si son de origen animal o vegetal), la forma de mordentar y la sustancia con que lo hagamos (alumbre, crémor tártaro, sal, vinagre, limón…), la proporción de materias colorantes respecto al peso de las fibras, la calidad de los tintes, el tipo de agua, el nivel de pH y otros factores. En función de todas estas variables, con la cochinilla podemos obtener desde tonos violáceos y fucsias, hasta naranjas, rojos y rosas de gran brillo y luminosidad, en una amplia gama de tonos, matices y sombras. Una fiesta!

 

 

 

Continuar…

Como este es uno de los tintes que más mérito tiene y más nos atraen, iremos tocando diferentes temas para irlo conociendo: usos históricos, cultivo y recolección, aplicaciones tintóreas, usos alternativos, proyectos que están favoreciendo su conservación, tendencias etc. Y ya prepararemos algún tutorial para que os animéis a teñir lana y otras fibras naturales como algodón, lino o seda con este increíble insecto ^_^! Nos despedimos con otro video chuli!